Remontada mágica en el Carranza ¿realidad?

Remontada mágica en el Carranza ¿realidad?


Mágico González: la leyenda que Cádiz nunca quiso desmentir

En Cádiz no hace falta que las historias sean verdad para que se cuenten con una sonrisa de oreja a oreja. Y si el protagonista es Jorge “Mágico” González, menos todavía. El salvadoreño fue más que un futbolista: fue un artista del balón, un bohemio del área, un genio que jugaba cuando quería… y cuando quería, madre mía, no había defensa que lo parara.

En la ciudad, todavía hay quien lo recuerda caminando por la playa de La Caleta con la misma calma con la que regateaba a medio equipo rival. Y es que Mágico no necesitaba gimnasio, ni preparadores personales, ni dietas estrictas: lo suyo era talento puro, de ese que se tiene o no se tiene.


La leyenda del Carranza

Entre todas las anécdotas que circulan sobre él, hay una que se cuenta con un brillo especial en los ojos: la del Trofeo Carranza contra el Barcelona. La historia –que, como toda buena leyenda, nadie sabe muy bien quién empezó– dice que el Cádiz se fue al descanso perdiendo 0-3 y que Mágico, que supuestamente había llegado en estado etílico, salió en la segunda parte para obrar el milagro. Resultado: remontada histórica y triunfo gaditano por 4-3.

Bonita, ¿eh? Pues… no pasó así.

La realidad es que aquel 26 de agosto de 1983, el Cádiz y el Barcelona jugaron el partido de consolación del Carranza y los amarillos ganaron 3-1. Y Mágico no llegó borracho al descanso. Ni falta que hacía.


Cuando la verdad importa menos que la sonrisa

Pero en Cádiz, como en el buen carnaval, la verdad no es tan importante como la historia que se cuenta. Porque aunque el resultado no fuera el de la leyenda, todos preferimos imaginar a Mágico saliendo del vestuario, tambaleándose un poco, sonriendo a la grada y destrozando al Barça a base de gambetas imposibles.

Porque Mágico González fue eso: un jugador que no necesitaba épicas inventadas… pero que, si se las inventaban, tampoco pasaba nada. Al fin y al cabo, ¿quién quiere destruir un buen mito cuando hace tan feliz a la gente?


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